Princesa imperfecta

 

Ha llegado al hora de tomarse las cosas en serio, de hacer un punto y a parte, de volver a construir un castillo que se derrumbará en cualquier momento, seguramente el menos esperado.
Llevo todo el verano vagueando delante del ordenador, cuando me dije a mí misma que estudiaría, ahora siento que no estoy preparada.
Mis días de niña estúpida están contados, ahora empiezo una nueva etapa.
Cuando yo tenía ocho años, pensaba que todo era como en High School Musical: que iba a ser popular por un estúpido musical y que iba a tener el novio más perfecto del mundo, que sería una princesita con su ya nombrado castillo.
Pero esa "princesa" no es perfecta, no es preciosa, no lleva bonitos vestidos, no conquista a cualquiera que se cruza en su camino, no es una lumbrera, no canta como un ángel ni baila como una profesional.
Esta "princesa", simplemente, va a explotar esa burbuja que le protegía, una burbuja que sus padres hicieron el mismo día en que nació. Esta princesa, mañana, acompañada de la "princesa" del reino de al lado, entrará en un edificio, grande, y para ella, oscuro y odiado.
La "princesa" dejará atrás a todos sus amigos, excepto a una amiga, que por suerte, va con ella, La "princesa" puede que se aleje de su única amiga, y a penas hará dos o tres.
Y entonces, es cuando el castillo se derrumba, todo se va a abajo. Sobre todo porque la "princesa" no confía en si misma, y le cuesta confiar en los demás.
Y es que, el cuento con final feliz de esta princesita sin castillo, se terminó hace tiempo, pero no se dio cuenta, y ahora que, dentro de un día empieza el instituto, un lugar al que no quiere ir,  lo sabe perfectamente.
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Ya sé que esta entrada es horrorosa, quería que fuera emotiva, pero ha acabo siendo una gran mierda muy fea.  No me he nombrado la "princesa" por hacerme ningún piropo, sino, porque tenía que ver con lo que se me ocurrió.
Bueno, deseadme suerte para mañana.
Un beso